jueves, 29 de diciembre de 2011

El frontón de Shanghai


Hola. Soy César Galiano Royo. Acabo de editar un nuevo libro, coproducido por mí y la editorial El Grito, con quienes ya he trabajado en alguna ocasión (una tirada corta, sin grandes pretensiones). Se titula “El frontón de Shanghai”, y está ambientado en un frontón que efectivamente existió en Shanghai durante los años treinta del siglo pasado. Es una novela de ficción basada en el relato de la mujer de uno de los pelotaris, ya mayor aunque más lúcida que muchos, con quien tuve la ocasión y el placer de conversar. Reproduzco la primera página para hacer boca.

I

Mi marido fue pelotari en Shanghai. Ahora puede parecer extraño, pero en los años treinta del siglo pasado hubo un frontón en la ciudad, el Jai-Alai. Nosotros vivíamos cerca de allí, como a cuatro manzanas, en una villa de estilo español que daba a una avenida tranquila de la Concesión francesa, lejos del bullicio de las salas de baile, de los teatros, de los burdeles y, sobre todo, de los peligros de la ciudad china. Tenía un jardín poblado de árboles y flores y un zaguán porticado donde tomábamos el té de la tarde cuando el clima acompañaba. Shanghai era, en aquellos tiempos, una ciudad hermosa y terrible, el lugar de ensueño donde nació mi hija y también el punto de encuentro de los aventureros, las sociedades secretas, los traficantes de opio y los jugadores profesionales. Lo mejor y lo peor convivían en una feliz complicidad. Con casi cuatro millones de habitantes, la ciudad acogía por igual a los mendigos del extrarradio como a los delincuentes del Shanghai negro o a los europeos que ocupaban las Concesiones, esa herencia de un pasado colonial que había sobrevivido a su propia época. Y en las calles del centro, dentistas ambulantes, adivinos, vendedores de fruta o de tabaco trataban de hacer una competencia imposible a los pequeños comercios y a los grandes almacenes de estilo occidental. Recuerdo a aquellos rusos blancos, fugitivos y arruinados por la revolución, que daban largos paseos en rickshaws para que la gente creyera que conservaban sus privilegios en ese lugar que no entendía de títulos ni de noblezas. Los jóvenes chinos, agobiados por la miseria, buscaban empleo en las fábricas siniestras de las afueras mientras en los edificios del Bund, el enorme paseo europeo a orillas del río Huangpu, se realizaban las operaciones financieras más cuantiosas y arriesgadas de Asia. Shanghai significaba libertad, según se dijo. Y de hecho la había. Mucha. Pero no era fácil que los chinos accedieran a la placidez de nuestros barrios, por ejemplo, o que los gángsters de renombre acabaran en prisión. Los límites de las Concesiones estaban muy bien definidos por las alambradas y por las patrullas de soldados franceses o ingleses. Y nosotros, los vecinos españoles de la Concesión francesa, éramos conscientes de nuestra suerte y no intentábamos cambiar las cosas. A veces, incluso después de tanto tiempo, creo despertarme de nuevo en aquel dormitorio de amplios ventanales. Nuestra villa era un encanto. El aire fresco movía las cortinas y la luz de la mañana creaba una atmósfera creciente de bienestar, de sábanas inundadas de aromas orientales, de apacible seguridad.

Sólo decir que, al ser coproducida por la editorial y yo, quien quiera comprar un ejemplar por correo puede hacerlo escribiendo a la editorial:

editorialelgrito@yahoo.es

O bien directamente a mi mail:

cgalianoroyo@gmail.com

Y ya nada más queda por decir al respecto, creo, salvo el precio: 15 euros más los gastos de envío. Espero que disfrutéis con su lectura.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Diarios y escritos dispersos de César Galiano


Galiano Royo, “Diarios y escritos dispersos (2001 – 2011)”. El libro arranca con la destrucción de las Torres Gemelas y termina con la captura y supuesta muerte de Bin Laden. En septiembre de 2001, cuando cayeron las Torres, el autor tenía a uno de sus hermanos viviendo muy cerca de allí, en Filadelfia, y le envió unos largos mails dándole la información que, muy posiblemente, el gobierno de los Estados Unidos censuraba.

El grueso del libro, no obstante, está compuesto por una selección de artículos de su blog “Los Cajones Secretos”. De ahí que sea tan barato: 10 euros por 276 páginas de información política, cultural y social no exenta de buenas dosis de humor. Quien quiera un ejemplar (recordad que solo hay 100), debe escribir a:

editorialelgrito@yahoo.es

martes, 15 de febrero de 2011

El exilio está aquí


La editorial Pepitas de Calabaza ha reeditado el que César Galiano considera su mejor libro. Es una historia a pie de calle, real, contundente, pero no por ello carente de cierto romanticismo. En las cubiertas de la edición actual puede leerse:

El exilio está aquí es una historia moldeada con las pequeñas historias que habitan las calles olvidadas de una ciudad cualquiera, calles en cuyos rincones se dibujan las vidas de sus habitantes, personajes que de manera constante se cruzan pero que de ninguna manera se encuentran. Es esta una historia nacida del reconocimiento entre iguales que nos asoma en toda su crudeza a la separación consumada.

Escritos con la energía que dispone la observación sin condescendencias, los retazos que componen esta narración dan forma a la obra que más nos ha tocado de cuantas le hayamos leído a César Galiano. Quizá sea esta su narración más poderosa. Breve pero muy intensa. Luminosa cual sol negro.

Pepitas de Calabaza
12x17cm, 102págs.
PVP: 9€

domingo, 28 de marzo de 2010

El escriba y el rey


La editorial-distribuidora El Grito tiene prevista la inclusión de nuevos títulos y nuevos autores en su catálogo para esta nueva temporada. Así pues, empezamos esta nueva andadura con la obra “El escriba y el rey”, de Demetrio Guinea, que nos habla de la historia de los reyes de Nájera-Pamplona, un tanto desconocida al otro lado de las fronteras de Navarra y La Rioja. Una novela de 588 páginas para disfrutar durante las horas tranquilas de ocio.

EL ESCRIBA Y EL REY

A comienzos del otoño del año MXXVIII, el escriba Abzio Sánchez, joven monje originario de la aldea de Cárdenas, abandona la abadía de San Millán y se dirige hacia Nájera, lugar donde ha sido convocado por el rey Sancho III para integrarse en los cometidos de la incipiente cancillería que el monarca ha establecido en su nueva capital. A partir de ese momento, el escriba va exponiendo en primera persona muchos de sus recuerdos personales, así como las circunstancias de su ingreso en el monasterio en calidad de oblato, su arduo aprendizaje como copista en el scriptorium millanense y otros pormenores de su vida monástica, al tiempo que los nuevos trabajos en la cancillería najerense le van permitiendo integrarse paulatinamente en la camarilla de optimates que rodean a Sancho ‘el Mayor’, y asistir como testigo privilegiado a momentos decisivos del reinado de este último.

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Demetrio Guinea nació en Nájera (La Rioja, 1953) y estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Valladolid, especializándose en Historia Medieval. Ha sido empresario y profesor de Instituto. Es autor de las siguientes obras: Representaciones Históricas en Nájera (1969-1993); Señores de la guerra, tiranos de sus vasallos. Los duques de Nájera en la Rioja del siglo XVI, que escribió en colaboración con Tomás Lerena Guinea, y el volumen Homenaje a Justiniano García Prado en el centenario de su nacimiento (1907-2007).

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Quien quiera un ejemplar puede pedirlo a:

editorialelgrito@yahoo.es

sábado, 31 de enero de 2009

Laureano Cerrada, el empresario anarquista. Nuevo libro de César Galiano Royo. Pepitas de Calabaza ed.


Acaba de salir a la venta el nuevo libro de César Galiano Royo. Lo ha publicado Pepitas de Calabaza al precio de 11 euros.


LAUREANO CERRADA, el empresario anarquista


Esta sucinta biografía novelada sigue las huellas de uno de los activistas más audaces, imaginativos y olvidados de la historia del anarquismo ibérico: Laureano Cerrada. Con un estilo desnudo de florituras retóricas, pero a la vez muy visual y dinámico, César Galiano Royo ha bosquejado la trayectoria vital de Cerrada con la idea no tanto de que se conozcan los pormenores de sus hazañas paso a paso, sino de que no se pierda el rastro de su estela.


Poco se sabe de Laureano Cerrada. Los hombres de acción tienen por costumbre no dejar documentos: es cuestión de supervivencia, y muchas veces de renuncia consciente al protagonismo. Aunque no tardarán en llegar estudios minuciosos sobre su persona, este libro nos acerca a algunas de las peripecias vitales de este anarquista, hombre guasón como pocos, que hacía las cosas a su manera, que no rendía cuentas a nadie, que era tenaz en sus objetivos y clarividente en sus postulados. Su activismo a punto estuvo de provocar el cataclismo del régimen franquista y quién sabe de qué más. Laureano Cerrada fue el paradigma de los luchadores anarquistas, de los locos, de los nobles, de los que piensan que la Humanidad aún puede salvarse, o que por lo menos merece la pena vivir para intentarlo.

sábado, 3 de enero de 2009

Diario del Hospital



Por fin ha salido el Diario del Hospital (no te fíes del de la bata verde), de César Galiano Royo. Es un libro de humor que escribió mientras estuvo ingresado durante 37 días en el Hospital. He aquí la introducción:


INTRODUCCIÓN

Todo lo que cuento aquí es verdad. Bueno, casi todo: tampoco es cuestión de dejarnos vencer por los radicalismos nada más empezar. Los hechos sucedieron a finales de 2008, un año plagado de cosas raras: se produce la mayor crisis económica de la historia del mundo, un negro accede a la Casa Blanca y me detectan el rebrote de un cáncer de laringe que creía haber vencido el año anterior, lo cual me lleva a ingresar en el hospital de San Pedro de la ciudad de Logroño.


Con los personajes de la historia sucede algo parecido que con los hechos: casi todos son reales. O todos, debería decir, si bien algunos están exagerados o deformados hasta la caricatura. En ningún momento he tenido la intención de ofender a nadie y espero sinceramente que nadie se ofenda por lo que aquí hay escrito. No obstante, sé que siempre hay gente que no tiene sentido del humor y que sólo sabe tomarse las cosas a la tremenda. A esas personas sólo puedo decirles una cosa: no tengo un céntimo. O sea que, si por un segundo se habían planteado la posibilidad de denunciarme, es mejor que lo olviden.


En principio, este sincerísimo Diario del Hospital no pretendía ir más allá de lo razonable; es decir, sólo iba a ser una manera de enfrentarme a la enfermedad sin recurrir a la tragedia, tan de moda en estos tiempos. Luego se me ocurrió enviárselo a algunos amigos. Y fue casi al final, animado por esos mismos amigos, cuando decidí publicarlo. Me dijeron que tal vez pudiera servir de ayuda a otros enfermos de lo mismo y, bueno, por qué no. Me puse en contacto con un editor dispuesto a todo y aquí estamos. Espero que nunca tenga que escribir una segunda parte.


Quien quiera un ejemplar (a 12 euros) ha de escribir al Grupo El Grito:

editorialelgrito@yahoo.es


(La portada es de Paco Cavero)

martes, 30 de septiembre de 2008

Un artículo en el periódico La Rioja

El riojano ofrece un vivo relato sobre la juventud en la Transición

Artículo escrito por: B. B.

LOGROÑO


«Sólo ahora, envueltos en esa asepsia vital a las que nos han condenado y a la que nos resignamos como si fuese algo inevitable y necesario, podemos observar con la distancia necesaria aquellos años de ideales, de culturas, de contraculturas y de excesos».


César Galiano Royo (nació en Palencia en 1962 pero llegó a La Rioja a los tres meses) vuelve con esta declaración de intenciones a la literatura con 'La generación inexistente' (Editorial El Grito), un fresco sobre una juventud que vivía con intensidad la vida y sobrevivía a los avatares políticos de un país en plena ebullición social. Eran los tiempos de la Transición.


Galiano vivió lo que cuenta, compartió las experiencias de toda una generación que 'sufrió' la Transición desde la juventud. Con semejante perspectiva ha tejido una crónica viva, que profundiza en las emociones y los sentimientos de toda una generación, muchas veces olvidada en panorámicas fugaces sobre una época demasiado marcada por los lugares comunes. Con este libro, Galiano siente haber saldado una deuda «conmigo, con mi tiempo y con mi generación».


La otra Transición

'La generación inexistente' muestra otra perspectiva de la época, con un punto de vista novedoso: «La Transición no es cómo nos la contaron, no fue tan ejemplar como nos han dicho más tarde. Lo que ocurre es que nos va bien que el pasado sea una cosa tranquila y coherente con nuestra actitud actual de, digamos, personas mayores, pero sin embargo la juventud siempre tiene unos puntos que, a veces, la gente prefiere olvidar, como ocurre con ciertos aspectos del pasado». Galiano añade al respecto que «fue una época convulsa, con un muerto diario, con terrorismo de derechas y de izquierdas, una inseguridad ciudadana brutal, un paro asombroso y un futuro negro y, junto a todo ello, un ruido de sables de fondo que se hizo efectivo con el golpe de Estado de Tejero».


La novela narra día a día, noche a noche, la vida de una generación (la que ronda los 45 años), el paisaje humano de la Transición. «Ésta es la razón de que la escribiera porque no hay nada desde este punto de vista. Nos suelen hablar de política y no de toda, sólo de la que les interesa, pero no de la lucha brutal entre partidos y facciones, de unos jóvenes que no teníamos nada, que éramos los últimos monos de la movida, a los que nadie nos tenía en cuenta porque estaba mal visto ser joven, es más, era casi un delito. Vivíamos al día y sabíamos que estábamos al margen aunque tampoco sabíamos muy bien de qué». Su novela está ahí, «en medio de todo lo dicho, entre los punks y los grupos de falangistas, en los bares luminosos de diseño, en medio de las ganas de vivir y, como suele suceder cuando se vive intensamente, muy cerca de la muerte».

domingo, 28 de septiembre de 2008

LA GENERACIÓN INEXISTENTE de César Galiano Royo


A finales de los setenta y principios de los ochenta del siglo pasado confluyeron unas circunstancias que dieron lugar a la existencia de una generación sobre la que apenas se ha escrito. Sería peligroso saber de ella en estos tiempos de sensibilidades exageradas, de privación de libertades y de denuncias por nada. En esencia, esa es la razón de que un buen número de editoriales me devolviese el original de La generación inexistente durante cinco años. Los comentarios siempre tenían el mismo aire: Nos ha gustado mucho, pero no es el momento adecuado para su publicación.


Yo acababa de publicar El exilio está aquí, un libro difícil de clasificar aunque fácil de comprender. Me consta que, al leerlo, mucha gente se sintió identificada con algún personaje o se vio a sí misma inmersa en alguna de las situaciones que describe. Es un libro que entró bien (hace poco me reí al descubrir que, en Estados Unidos, hay un tipo que vende los ejemplares de la edición española a más de 300 euros). De modo que, una vez conseguida la edición italiana, me puse a escribir otra cosa. Pero la realidad está compuesta de buenas y malas experiencias, de vivencias duras o placenteras, de mucho más de cuanto uno pueda imaginar, y yo tenía una deuda conmigo y con mi tiempo, con mi generación. Debía llenar el hueco que se había abierto entre la muerte de Franco y la consolidación de la democracia. Un hueco que nadie se había atrevido a rellenar. Sé que corren malos vientos para las verdades y que la novela debía haberse publicado cuando la Movida, por ejemplo, pero en ese entonces no habría tenido ningún sentido. Era necesario el salto en el tiempo para comprender mejor aquel ambiente y lo que sucedía en la calle. Al contrario de lo que decían las editoriales al devolverme el original de la novela, el mejor momento para comprender aquellos hechos es precisamente ahora. Sólo ahora, envueltos en esa asepsia vital a la que nos han condenado y a la que nos resignamos como si fuese algo inevitable y necesario, podemos observar con la distancia necesaria aquellos años de ideales, de culturas, de contraculturas y de excesos.


A algunos nos tocó vivirlo. Es cierto que muchos otros vivieron la misma época sin enterarse de nada de lo que cuento. Pudimos evitarlo como hicieron ellos, pero creo que, tal vez sin saberlo, no quisimos perdernos lo mejor del fin de siglo. La Transición política española se confundió con el estallido del movimiento punk, con la Movida madrileña, con la libertad sexual, con el boom de las drogas, con el cómic entendido como un arte y no como materia prima de las multinacionales, con un modo de entender el mundo y la vida totalmente nuevo y muy distinto a los anteriores y a los que llegarían después. Fuimos todo eso. Ya lo he dicho: nos tocó. O quisimos que nos tocase.


Hasta ahora, los estudios sobre el día a día de la Transición han sido panorámicas fugaces que no han llegado, ni por asomo, a profundizar en las emociones y los sentimientos de entonces. Cuando se habla de esos tiempos se recurre exclusivamente a la política, y no a toda. No se habla de que hubo terrorismo de todos los colores, de izquierdas, de derechas y de ni se sabe. Casi nadie ha mencionado a aquellos grupos paramilitares y neonazis que estaban muchísimo más presentes en las calles que los skins de hoy en día, por ejemplo. Se habla poco del abuso de poder de la policía, de las redadas continuas en los bares, de las huelgas, de la lucha por la libertad de imagen. Un pendiente en una oreja masculina era suficiente para justificar un cacheo y una burla que, poco a poco, generaban desprecios y enemistades. Y el ruido de sables, a modo de recuerdo de lo que podría ser el futuro inmediato, era un rumor tan habitual como comentado en los colmados, en los institutos, en los puestos de trabajo. La Transición no fue tan ejemplar como han dicho más tarde. Ni mucho menos.


Quien quiera saber más sobre el tema puede visitar el blog al respecto: La Generación Inexistente.


Y quien quiera un ejemplar (al precio de 15 euros), puede ponerse en contacto con Editorial El Grito:

editorialelgrito@yahoo.es